Alberto Crespo Ballesteros está detrás de la bellota de urniaco, palabra sacada de un dialecto de un pueblo de Segovia, de donde es originario.
Urniaco significa cerdo, marrano, cochino, la palabra nació como ilustración para un proyecto de estampación y se quedó a vivir con él, porque del cerdo, hasta la bellota.
Hoy habita en Fuentelfresno, Soria, otro pueblo protegido por encinas que le conectan con la tierra y la memoria de quien la habita. Desde ahí surgen los proyectos colectivos, las ilustraciones y los carteles con sabor a pueblo.
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